Durante años, numerosas y diversas organizaciones sociales han trabajado para incrementar
el acceso al agua y al saneamiento en América Latina, invirtiendo primordialmente
en infraestructura y en la instalación de sistemas de distribución del agua.
Recientemente ha crecido con mayor fuerza la convicción de la necesidad de hacer
énfasis en la construcción de capital humano y en el fortalecimiento de las comunidades
para que los esfuerzos e inversiones en infraestructura sean más sostenibles.
En este contexto, Fundación Avina ha identificado un conjunto de modelos de intervención
basados en la participación comunitaria, que están produciendo resultados
tangibles, sostenibles y replicables para incrementar el acceso al agua. Actualmente
hay más de 80.000 organizaciones comunitarias que proveen agua a aproximadamente
40 millones de personas en América Latina. Algunas de las principales características
de estas organizaciones es que son de carácter voluntario, que eligen
libremente sus autoridades a iniciativa de la comunidad, horizontales en sus estructuras,
y transparentes en la toma de decisiones. De esta manera buscan resolver la
satisfacción de una necesidad humana básica, a la vez que profundizan las prácticas
democráticas en el continente.