América Latina es un continente de contrastes, lo cual la hace
inmensamente desaante para el trabajo humano. Un ejemplo
de ello es que, siendo el continente con mayor disponibilidad de
agua por habitante, todavía hay 50 millones de personas que
no tienen acceso a agua de calidad. Y, en medio de muchas
debilidades institucionales, malas prácticas e inequidad,
existen también miles de casos de heroísmo anónimo e
invisible, en lo que personas agrupadas en Organizaciones
Comunitarias de Servicio de Agua (OCSAs), ayudan a que
millones tengan el acceso al agua.