En Costa Rica existen alrededor de 1500 Asociaciones Administradoras de Sistemas de Acueductos y Alcantarillados Comunales (ASADAs), que proveen de agua para consumo humano al 29,1% de la población nacional, convirtiéndolo en el segundo ente operador
más impoortante de agua potable, después del AyA. Desgraciadamente según datos de la Contraloría General de la Republica, la mayoría de estos operadores comunales de agua potable y saneamiento no dan un servicio de calidad, no funcionan sosteniblemente
desde el punto de vista económico, técnico y legal, lo cual atenta contra la disponibilidad de agua de las personas a las que atienden y por ende contra su salud y bienestar. En este contexto hace no más de veinte años aparecen figuras asociativas como lo son las
federaciones, ligas y uniones (cuyas siglas son FLU) de ASADAs o Acueductos Comunales como una forma de mejorar la gestión de sus afiliadas mediante el principio.
de que la unión hace la fuerza. Así nace la Asociatividad en la Gestión Comunitaria del
Agua, la cual consiste en la articulación, intercambio, comunicación y coordinación entre
ASADAs de un mismo territorio para buscar la eficiencia de la operación del servicio y el
abastecimiento de agua potable en las comunidades.